D espués de todo el palo que muchos me dieron por mi anterior post, pues al parecer no entendieron que simplemente era un juego imaginativo de cómo sería mi príncipe azul, porque es más fácil mirar la paja en el ojo ajeno, dijo Jesús, pues vuelvo a escribir con otra actitud. Intentaré ser lo menos superficial posible para que les guste (tono de tía sarcástica). No los aburriré más con mis tragedias personales, (“¡qué bien!”, deben estar diciendo algunos, o ¿todos?) He decidido que aprovechando esta época de recogimiento y entrega al Señor que es la semana santa, me quedaré vistiendo santos, el problema es que no soy católico, ni nada, he pensado en volverme monje budista, pero se me hace que esos son más maricas que los seminaristas católicos, así que no cumpliría mucho con mi propósito. La cuestión es esperar con paciencia, como dijo uno de los amigos que comento el post anterior, esperar a que aparezca ese sapo azul. Y ya que nos metimos a hablar de religión… No,